7. PÁNCREAS EXOCRINO
8. DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE NUTRIENTES
En
el intestino delgado tiene lugar la verdadera digestión de los alimentos en
componentes elementales aptos para su absorción, y para ello es fundamental la
participación de la bilis, el jugo pancreático, que contiene la amilasa, lipasa
y tripsina, y el propio jugo intestinal secretado por las células intestinales.
Una
vez que los alimentos se han escindido en sus componentes elementales, van a
ser absorbidos principalmente en el yeyuno, ya que en el íleon tiene lugar la
absorción de sales biliares y de vitamina B12. Además, sólo una pequeña parte
de agua y electrolitos va a ser absorbida en el intestino grueso.
El
intestino delgado se extiende desde el estómago hasta el colon. Es un conducto
de 6 a 8 m de longitud, constituido por tres tramos: duodeno, yeyuno e íleon y
está específicamente diseñado para la absorción de la mayoría de los nutrientes
Debido
a su longitud, presenta una superficie expandida con plegamientos internos,
denominados plicas, vellosidades y microvellosidades, que incrementan su área
superficial y elevan su capacidad para absorber los componentes alimenticios.
El
duodeno tiene unos 25 cm de longitud y se extiende desde el píloro hasta el
flexo duodenoyeyunal. El duodeno, la
porción del intestino delgado más cercana al estómago, es una cámara de
neutralización en la cual el quimo procedente del estómago se mezcla con
bicarbonato procedente del jugo pancreático. El bicarbonato rebaja la acidez
del quimo lo que permite que las enzimas funcionen degradando las
macromoléculas todavía presentes.
Aunque
algunos nutrientes como el hierro y el calcio, se incorporan de manera más
eficiente en el duodeno, es en el yeyuno el lugar donde se absorben la mayoría
de nutrientes. Los aminoácidos y la mayoría de vitaminas y minerales se
absorben también en el yeyuno. El proceso de absorción que utiliza el yeyuno se
denomina absorción activa, ya que el organismo utiliza energía para seleccionar
con exactitud los nutrientes que necesita. Estos nutrientes son transportados
mediante canales o transportadores proteicos a través de las paredes celulares
del yeyuno y así se incorporan a la vena porta, la cual los transporta al
hígado. La absorción activa de grasas también ocurre en el duodeno y yeyuno y
requiere que la grasa sea dispuesta en pequeños agregados que pueden ser
incorporados directamente por el organismo. El organismo utiliza la bilis como
detergente para disolver las grasas.
El
íleon es el responsable de completar la digestión de los nutrientes y de
reabsorber las sales biliares que han ayudado a solubilizar las grasas. Aunque
la mayoría de los nutrientes se absorben en el duodeno y yeyuno, el íleon es el
lugar donde se absorbe selectivamente la vitamina B12.
El
intestino grueso no está diseñado para intensificar la absorción, sino que está
especializado para conservar el sodio y el agua que escapan a la absorción en
el intestino delgado, aunque solo transporta un litro de fluido por día. El
intestino grueso mide 1,5 m, incluyendo los segmentos finales, colon y recto.
Dado que la mayor parte de la digestión y absorción se realiza en el intestino
delgado, el alimento que alcanza el intestino grueso, es principalmente fibra.
Sin embargo, el tiempo durante el cual el alimento residual se mantiene en el
intestino grueso excede a cualquier otro en la digestión. El promedio de tiempo
que se mantiene en el estómago es de 1/2 a 2 horas, continúa a través del
intestino delgado las siguientes 2 a 6 horas y necesita de 6 a 72 horas en el
intestino grueso antes de la eliminación final de los residuos no absorbidos,
por defecación.
Una
razón para explicar por qué el alimento permanece tanto tiempo en esta porción
del intestino, es que el intestino grueso es capaz de generar nutrientes del
alimento. El alimento que alcanza el intestino grueso, fibra en su mayor parte,
se somete a un ecosistema bacteriano que puede fermentar esta fibra y producir
nutrientes necesarios para las células de colon. La fermentación colónica
también produce una serie de ácidos grasos de cadena corta como propionato,
butirato, acetato, requeridos para el crecimiento de las células colónicas y
para muchas funciones del organismo. Las bacterias “amigas” o beneficiosas,
responsables de la fermentación colónica, se denominan probióticas (pro-vida e
incluyen las Bifidobacteria y los Lactobaccillus). Además de proporcionar
productos beneficiosos para la fermentación, las bacterias probióticas impiden
que las bacterias patógenas colonicen el colon. Ciertas fibras procedentes del
alimento, denominadas prebioticas, mantienen específicamente estas bacterias
probióticas.
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