martes, 24 de noviembre de 2015


7. PÁNCREAS EXOCRINO












8. DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE NUTRIENTES 


En el intestino delgado tiene lugar la verdadera digestión de los alimentos en componentes elementales aptos para su absorción, y para ello es fundamental la participación de la bilis, el jugo pancreático, que contiene la amilasa, lipasa y tripsina, y el propio jugo intestinal secretado por las células intestinales.
Una vez que los alimentos se han escindido en sus componentes elementales, van a ser absorbidos principalmente en el yeyuno, ya que en el íleon tiene lugar la absorción de sales biliares y de vitamina B12. Además, sólo una pequeña parte de agua y electrolitos va a ser absorbida en el intestino grueso.
El intestino delgado se extiende desde el estómago hasta el colon. Es un conducto de 6 a 8 m de longitud, constituido por tres tramos: duodeno, yeyuno e íleon y está específicamente diseñado para la absorción de la mayoría de los nutrientes
Debido a su longitud, presenta una superficie expandida con plegamientos internos, denominados plicas, vellosidades y microvellosidades, que incrementan su área superficial y elevan su capacidad para absorber los componentes alimenticios.
El duodeno tiene unos 25 cm de longitud y se extiende desde el píloro hasta el flexo duodenoyeyunal.  El duodeno, la porción del intestino delgado más cercana al estómago, es una cámara de neutralización en la cual el quimo procedente del estómago se mezcla con bicarbonato procedente del jugo pancreático. El bicarbonato rebaja la acidez del quimo lo que permite que las enzimas funcionen degradando las macromoléculas todavía presentes.
Aunque algunos nutrientes como el hierro y el calcio, se incorporan de manera más eficiente en el duodeno, es en el yeyuno el lugar donde se absorben la mayoría de nutrientes. Los aminoácidos y la mayoría de vitaminas y minerales se absorben también en el yeyuno. El proceso de absorción que utiliza el yeyuno se denomina absorción activa, ya que el organismo utiliza energía para seleccionar con exactitud los nutrientes que necesita. Estos nutrientes son transportados mediante canales o transportadores proteicos a través de las paredes celulares del yeyuno y así se incorporan a la vena porta, la cual los transporta al hígado. La absorción activa de grasas también ocurre en el duodeno y yeyuno y requiere que la grasa sea dispuesta en pequeños agregados que pueden ser incorporados directamente por el organismo. El organismo utiliza la bilis como detergente para disolver las grasas.
El íleon es el responsable de completar la digestión de los nutrientes y de reabsorber las sales biliares que han ayudado a solubilizar las grasas. Aunque la mayoría de los nutrientes se absorben en el duodeno y yeyuno, el íleon es el lugar donde se absorbe selectivamente la vitamina B12.

El intestino grueso no está diseñado para intensificar la absorción, sino que está especializado para conservar el sodio y el agua que escapan a la absorción en el intestino delgado, aunque solo transporta un litro de fluido por día. El intestino grueso mide 1,5 m, incluyendo los segmentos finales, colon y recto. Dado que la mayor parte de la digestión y absorción se realiza en el intestino delgado, el alimento que alcanza el intestino grueso, es principalmente fibra. Sin embargo, el tiempo durante el cual el alimento residual se mantiene en el intestino grueso excede a cualquier otro en la digestión. El promedio de tiempo que se mantiene en el estómago es de 1/2 a 2 horas, continúa a través del intestino delgado las siguientes 2 a 6 horas y necesita de 6 a 72 horas en el intestino grueso antes de la eliminación final de los residuos no absorbidos, por defecación.

Una razón para explicar por qué el alimento permanece tanto tiempo en esta porción del intestino, es que el intestino grueso es capaz de generar nutrientes del alimento. El alimento que alcanza el intestino grueso, fibra en su mayor parte, se somete a un ecosistema bacteriano que puede fermentar esta fibra y producir nutrientes necesarios para las células de colon. La fermentación colónica también produce una serie de ácidos grasos de cadena corta como propionato, butirato, acetato, requeridos para el crecimiento de las células colónicas y para muchas funciones del organismo. Las bacterias “amigas” o beneficiosas, responsables de la fermentación colónica, se denominan probióticas (pro-vida e incluyen las Bifidobacteria y los Lactobaccillus). Además de proporcionar productos beneficiosos para la fermentación, las bacterias probióticas impiden que las bacterias patógenas colonicen el colon. Ciertas fibras procedentes del alimento, denominadas prebioticas, mantienen específicamente estas bacterias probióticas.



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